Juzgar y Condenar – No Nos Ayudará

¡Feliz Pascua! Jesucristo ha resucitado, ¡Aleluya!

 En verdad resucitó, ¡Aleluya!

Una vez más, les pido que se centren en los neófitos y en los nuevos católicos: Jesús, Bryan, Erik, Arianna, Jasmine y Cindy. Han sido especiales para nosotros y lo siguen siendo. Si no tuvo la oportunidad de felicitarlos por la recepción de los sacramentos de Pascua, o escribirles una nota de aliento, hágalo. Puede compartir alguna idea de su propia vida de fe, o revelarles cómo su viaje le anima a usted y a otros en su vida de fe.

El “nuevo año” que comenzó con la Pascua (al menos según mis sentimientos y deseos ☺), es una gran oportunidad para continuar las buenas disciplinas y aprendizajes de la Cuaresma. Hay 96 días desde el Miércoles de Ceniza hasta el Domingo de Pentecostés. Ese período es más de un cuarto del año.

La Iglesia nos está ayudando a enfatizar las partes más importantes de nuestra vida de fe. Somos gente de “Aleluya”; somos un pueblo de la Resurrección. La Cuaresma nos lleva a nuestra identidad en la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo (llamamos a estos elementos “el Misterio Pascual”). La temporada de Pascua expresa nuestra identidad. No somos gente de Cuaresma, de sufrimiento, de penitencia. Somos gente de Pascua, de triunfo, de perdón, de reconciliación, de vida nueva, ¡vida eterna!

Expresar generosidad en nuestras relaciones es una forma fundamental de mostrar la fe pascual. Deja de juzgar, condenar y pensar lo peor de los demás y de sus vidas. ¡Sé generoso! Así como otros no conocen los detalles y las complicaciones de nuestras vidas, nosotros no conocemos las suyas. Nuestros problemas no son una excusa para portarse mal, o para maltratar a otros.

Nuestros problemas (pecaminosidad, heridas psicológicas, depresión, enfermedad, soledad, etc.) deben ser colocadas ante Dios para que podamos ser sanados y reconciliados. Es posible que necesitemos un sacerdote, un médico, un terapeuta, un compañero espiritual, un patrocinador de 12 pasos, etc. para ayudarnos a enfrentar nuestros problemas. Lo que no nos ayudará, ni ayudará a otros, es juzgar y condenar a los demás o a nosotros mismos.

Seamos reconocidos como una comunidad de fe generosa, que ofrece una bienvenida calurosa. Los neófitos, los nuevos Católicos, los grupos de oración, los grupos de AA, las personas sin hogar y hambrientas, y muchos otros nos dan la oportunidad de compartir la fe pascual. Hagámoslo con esperanza y optimismo.

Paz, P. Andy