Skip to main content

Los Desastres Naturales NO Son un Castigo

      ¡Wow! Hemos visto huracanes, inundaciones, tornados, incendios, terremotos y otros desastres naturales devastadores, ¿qué está pasando? A parte de todo, tuvimos un eclipse, también! ¿Está el mundo llegando a su fin? ¿Está Dios enojado con el mundo? ¿Algún grupo de personas hizo algo tan malo, tan inmoral, que Dios está castigando al mundo? ¿O las personas que viven en las áreas afectadas hicieron algo para merecer un castigo de esa Magnitud?
      ¡NO! ¡NO! ¡NO! No creemos en un Dios que castiga. ¡Esto no es lo que nuestra fe católica nos enseña!
      A veces olvidamos que vivimos en un mundo que es naturalmente dinámico. El tiempo, los acontecimientos solares, los movimientos de las placas tectónicas de la tierra y otros fenómenos son indicios de que el mundo todavía se está formando y recreando. ¡La tierra es la creación de Dios y Dios todavía está creando!
      Los huracanes ocurren naturalmente y es una manera de la tierra de redistribuir el calor del ecuador hacia las regiones polares. Los huracanes no son un castigo. Son el resultado del calor, la humedad y las corrientes de viento. Al final de cuentas necesitamos huracanes para mantener el equilibrio en la naturaleza. Las zonas en las costas son limpiadas por los huracanes, incluso cuando los hogares son destruidos.
      Como los incendios en los bosques, los huracanes tienen un efecto de limpieza que pasan periódicamente. Sin embargo, si usted vive cerca de los lugares afectados, a veces hay un costo humano, incluso la muerte. Para la tragedia de muertes y destrucción tenemos que demostrar compasión. Dios que nos ha prometido la vida eterna no se aleja de los que han muerto trágicamente en los desastres naturales. Y, Dios no abandona a aquellos que están tristes y sufren por la pérdida de sus seres queridos o la pérdida de posesiones físicas. Dios nos ama a través de todos estos dolores y dificultades. Dios nos ama incluso cuando estamos de luto.
      Como hijas e hijos amados de Dios somos responsables el uno con el otro. Nosotros somos quienes debemos mostrar el amor de Dios a aquellos que están sufriendo y cuyas vidas han sido cambiadas por desastres naturales. Podemos extender una mano a los que lo necesitan demostrando generosidad y caridad, ofreciendo nuestro trabajo para ayudar, y brindando sonrisas y palabras de aliento a los que mas lo necesitan. Así es como Dios expresa el amor – a través de nosotros, a través de usted y yo!
      A todos los que han orado por las víctimas de los desastres naturales y que han enviado apoyo financiero o material, les doy las gracias. Has hecho algo en nombre de Dios por los demás. ¡Han mostrado el amor de Dios!

Paz Fr. Andy