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Autor: Aidee Boesen

Celebraciones Únicas

Mientras que este domingo es el cuarto domingo de Adviento, más tarde esta semana celebraremos la Natividad de Nuestro Señor en Navidad. ¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!

Esta Navidad será única para muchas personas y familias. Al igual que en
Acción de Gracias, se nos ha pedido que limitemos nuestras reuniones navideñas y fiestas y que solo convivamos con aquellos que viven en la misma casa. Para evitar la transferencia de la infección COVID-19 de un hogar a otro, debemos ser prudentes y hacer sacrificios. La mayoría de nosotros no recibiremos la vacuna durante varios meses. ¡No debemos bajar la guardia!

Celebrar la vida de Dios en medio de nosotros y dentro de cada uno de nosotros está en el corazón de la celebración de la Navidad. La encarnación, el “encarnamiento” de Dios, es un acontecimiento maravilloso. Y, como acontecimiento, tiene un impacto continuo en el mundo en el que vivimos hoy, 2,000 años después del nacimiento de Cristo, Nuestro Salvador. Cada día se nos da la oportunidad de “llevar a la carne” la verdad y la belleza de la vida de Cristo por la verdad y la belleza de nuestra propia vida. ¿Cómo les esta yendo con eso?

He visto al Cristo en muchos de ustedes, como han orado en los últimos meses y semanas el uno por el otro, por el prójimo, por los más necesitados, por los que sufren, por los enfermos y por los moribundos. Los he visto llorar por los que han muerto, trágicamente, por COVID-19 y otras enfermedades y suicidios y accidentes automovilísticos y la vejez. Los he visto reunirse en oración en la misa, en los funerales, en las novenas y en la adoración del Santísimo Sacramento. Los he visto traer comida para su distribución a través de nuestra despensa de alimentos y el árbol de obsequios. Los he visto colocar sobres y dinero en efectivo en las colectas especiales que ayudan a las personas que han experimentado tragedias y destrucción en todo el país y nuestro mundo.

Los he visto interactuar respetuosamente con los hombres y mujeres especiales que vienen a San Willebrord para descansar y recuperarse un poco de la vida en la calle. Han demostrado la encarnación de Jesús el Cristo dando generosidad, compasión y amor de la manera en que interactúan con el mundo. ¡Eso es un signo de una Feliz Navidad!

Paz, Padre Andy