Skip to main content

Autor: Aidee Boesen

¿Cómo sabe que Dios esta presente?

¿Recuerda una experiencia difícil o triste en su vida? ¿Dónde estaba Dios en ese tiempo? ¿Cómo estuvo Dios presente? ¿Cómo sabe que Dios estuvo presente? A medida que lo piensa, su memoria se vuelve más clara. Puede imaginar la luz, el sonido e incluso el olor de la experiencia. Todo lo que recuerde puede ser útil para conocer la presencia de Dios. Meditar en silencio le será útil para poder reconocer la presencia de Dios. ¿Hay un texto de las Escrituras, o una imagen de Jesús, o un canto, o un sacramento que viene a su mente? Confíe en lo que te viene a su mente. Mantenga eso en mente. Tal vez necesite leer el texto bíblico, o escuchar el canto.

Tal vez pensó en Jesús yendo a ver a Marta y María después de la muerte de Lázaro. Puede ver a Jesús hablando con Marta, recordandole de la vida eterna. Entonces puede ver a Jesús mientras llora. Escuchas su fuerte voz: “¡Lázaro, sal fuera!”

La reflexión teológica es lo que acabo de describir. Esta reflexión trae nuestra fe, espiritualidad, la Escritura, imaginación, memoria, gracia de Dios y nuestra sabiduría al proceso de aprendizaje. La palabra “teología” es el estudio de Dios, o la búsqueda del lenguaje para hablar de Dios. Todo el mundo necesita hacer teología. Como personas de fe, ya lo hacemos cada vez que preguntamos qué significa un evento, experiencia o relación para nosotros. ¡Queremos saber el significado! Conocer a Dios, no sólo saber “acerca de” Dios, nos ayuda a determinar, discernir, lo que la vida significa”, lo que significan los acontecimientos de la vida.

Hay muchas posibilidades para conectar la Escritura con nuestra propia experiencia. En el ejemplo anterior, vemos la compasión de Jesús por el pueblo. Es tierno y poderoso. Al enfrentarnos a la tristeza y a la dificultad, esto es precisamente lo que debemos recordar acerca de Dios. Él nos da el consuelo. Dios está con nosotros.

¡Debemos ser aprendices de toda la vida! Aprender, a menudo requiere “desaprender” viejas formas de pensar y hacer las cosas. El estilo de aprendizaje puede cambiar de cursos formales a las lecciones de la vida diaria. Podemos usar términos como “maduración” y “adquirir sabiduría” para aprender en la vida posterior.

Cuando ocurren experiencias difíciles, o tal vez experiencias alegres, se nos presenta la oportunidad de pensar, evaluar, analizar e incluso orar por la experiencia con el fin de obtener el mayor conocimiento posible. Al repasar la experiencia y preguntar: “¿Dónde está Dios en todo esto?”, estamos haciendo una importante tarea espiritual llamada “reflexión teológica”.

Paz, Padre Andy