Zona de Cuidado Pastoral
Los desamparados, los que no tienen que comer, aquellos que tienen una crisis económica, los alcohólicos, los que están de luto, los presos, los enfermos, aquellos que están desahuciados, los inmigrantes en riesgo de ser deportados, matrimonios con problemas, los jóvenes y adultos batallando con mantener su fe, jovencitas que están embarazadas, padres de familia que están preocupados, personas caritativas queriendo ayudar a personas necesitadas, papás que están queriendo el bautismo y otros sacramentos para sus hijos, parejas de enamorados comprometidas que quieren recibir el sacramento del matrimonio, personas que fervientemente rezan por periodos largos de tiempo, etc. Solo en esta semana he podido tratar y conocer a alguien en cada una de esas categorías. Estos son nuestros parroquianos, o son personas que viven en la zona que podemos ayudar con cuidado pastoral como downtown Green Bay. Cuando ayudamos no necesariamente le preguntamos a esas personas si con católicos. Simplemente tratamos de responder a las necesidades que tienen, o expresamos nuestra gratitud por la generosidad que nos brindan.
¡Las personas que he conocido son USTED y su familia de fe! Estas son nuestros hermanos y hermanas en la familia de St. Willebrord cuyos límites son extensos. La gente viene a la parroquia de St. Willebrord desde Sturgeon Bay en Door County y todo alrededor de la bahía hasta Oconto Falls. Vienen de todas partes de Green Bay y salen a Denmark y bajan a Wrightstown y salen a Seymour. Esta es nuestra familia. Incluye a muchas personas que buscan un lugar donde se puedan sentir bienvenidos sin preguntas de porque vienen aqui. En nuestra misa de las 5:00 de la tarde del domingo, tenemos entre 150 y 400 personas participando en la misa y no más de 50 son miembros aquí!
El ministerio que hacemos en St. Willebrord es el ministerio que usted han pedido y al que le han pedido al personal de la parroquia que apoye. Las Buenas Nuevas de Jesucristo, al servicio del mandamiento de Jesús de amarse unos a otros como él nos ha amado, nos obliga a acercarnos y a responder a las personas a las que nombre anteriormente.
Oro para que podamos ver que TODOS merecen escuchar las Buenas Nuevas de Jesucristo. A veces escucharemos las Buenas Nuevas proclamadas desde el púlpito de la iglesia. Muchas veces veremos y escucharemos las Buenas Nuevas en los pasillos de la parroquia, en el estacionamiento de la iglesia, en los refugios locales para personas sin hogar, en las habitaciones de los hospitales, en las funerarias y en sus propias casas. Compartamos las Buenas Nuevas con alegría, donde sea que podamos.
Paz, Pr. Andy