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Autor: Aidee Boesen

Tensión y Emoción Creciente

Al final de una competición en la que el resultado no es claro, hay una tensión y emoción creciente. Es el tiempo de la verdad. Incluso cuando el resultado es claro, hay emociones profundas de alegría o tristeza. Un juego, o una vida, o un proceso, o una temporada, o un curso académico, o una carrera, o muchos otros tipos de eventos y actividades: cuando estas actividades están a punto de completarse, generalmente sentimos emociones fuertes.

      Espero que esté sintiendo que su energía haiga aumentado un poco, incluso que haiga algo de tensión. Los días se acercan. ¡Estamos a punto de completar la temporada de Cuaresma para comenzar Los Tres Días (Triduo) que culmina con la PASCUA! Rezo para que sientas una emoción creciente. La Semana Santa es una semana de conclusión que nos lleva a la Pascua, que es un nuevo comienzo. La Pascua es el día que mejor define nuestra vida como cristianos católicos. La Pascua es el punto culminante del año de la Iglesia. La resurrección de Jesús, el Cristo, que lo cambió todo.

      Entonces, si estamos experimentando algo de ansiedad y tensión, tal vez sea porque sentimos que no completamos nuestras metas. Al comienzo de la Cuaresma, fuimos invitados a ayunar, orar y dar limosna en aras de una relación más cercana con Dios y los demás. Algunas personas hicieron otros sacrificios personales y comenzaron prácticas espirituales con el fin de enfocar sus vidas en Dios en Jesucristo y a través del Espíritu Santo. Marcados por las cenizas hace casi 40 días, nos comprometimos a vivir siguiendo la Buena Nueva de Jesucristo que nos llamó al arrepentimiento y al perdón. Ahora, es un momento de evaluación. Debemos dar cuenta de nuestros logros.

      Recuerde, no renunciamos a los dulces, ni al café, ni a la carne los viernes, ni a usar nuestros teléfonos celulares, etc., por su propio bien. Lo hicimos para ser más conscientes de la presencia de Dios. No hicimos sacrificios solo, por ejemplo, para perder peso y formar disciplinas personales. Esos pueden ser buenos resultados, pero hicimos estos sacrificios para vivir una vida más parecida a la de Cristo. No formamos un conjunto de prácticas cuaresmales para “ganar puntos” con Dios para poder “ganar” un premio. Hicimos estos sacrificios para ser menos egoístas y más indulgentes y para ser más santos. La santidad está unida a la salud y la felicidad. Dios quiere esto para nosotros. ¡La felicidad, la salud y la santidad son lo que Dios quiere para nosotros!  

      Renovar nuestra fe en la vida eterna y la resurrección de los muertos al final del tiempo terrenal: creer y vivir de acuerdo con esas verdades han sido, y siguen siendo, nuestras grandes metas.

¡Dios perdona! ¡Arrepintámonos!

Paz, P. Andy