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Autor: Aidee Boesen

Nuestra Familia – Una Inspiración y Ejemplo

“Le dije a mi esposa que necesitaba su apoyo para relacionarme con mis compañeros de trabajo en mi nuevo trabajo. Ella me dijo que ‘fuera un hombre’ y que me ocupara de eso yo mismo.” — “Mi esposo llega a casa de su trabajo y no me habla, ni me pregunta qué pasó hoy. Empieza a beber y espera que yo trabaje y me ocupe de las tareas domésticas”.

Podemos imaginar, o hemos experimentado, los ejemplos anteriores de tensiones en la familia. Hay miles de ejemplos más de los que podemos hablar. También podemos observar desde la perspectiva de los niños, especialmente adolescentes o hijos e hijas adultos que viven con sus padres. Estos últimos tienen un gran deseo de independencia y comprensión, sin embargo, la vida familiar requiere sacrificios y que cada persona este dispuesta a compartir.

¿Cómo aprendemos a ser familias “exitosas”? Lo que aprendimos de nuestros propios padres y hermanos puede no haber sido muy saludable. ¿Qué podemos hacer para evitar repetir los mismos errores de nuestros propios padres?

El impacto de una familia disfuncional puede ser abrumador y duradero. Algunos de los efectos incluyen los siguientes: dificultad con la intimidad emocional o sexual; abuso de alcohol o drogas; cuestiones de confianza; habilidades de comunicación deficientes; sensibilidad excesiva; obsesión por el perfeccionismo; sentimientos de abandono o aislamiento; sentimientos de impotencia y/o sentimientos de inutilidad.

El perdón será una parte importante para mejorar nuestras propias familias. El perdón no significa que el abuso, la disfunción, la adicción, etc. no sucedieron. Pero, no podemos vivir en el pasado, ni dejar que el pasado gobierne nuestro futuro. No debemos dejar que nuestro pasado sea una excusa de nuestro comportamiento actual.

La liberación del ejemplo de perdón de Jesús es valiosa. A veces, perdonaba a las personas incluso antes de que preguntaran. Invitó a otros a “ir y no pecar más” (la mujer que estaba a punto de ser apedreada). Invitó a la gente a ver más allá de su condición actual para ver más (ejemplos de Zaqueo, Bartimeo, el hombre rico a quien Jesús pidió que vendiera sus posesiones, etc.).

La Iglesia ofrece varias maneras por medio de las cuales podemos superar nuestras heridas del pasado y comenzar una nueva vida. Las Escrituras están llenas de historias y ejemplos de cómo la gracia de Dios ayuda a las personas, familias y comunidades a encontrar sanación, crecimiento y paz. Los Sacramentos de la Eucaristía, la Reconciliación y la Unción de los Enfermos son formas adicionales por las cuales podemos llegar a ser mejores, familias y comunidades más sagradas. Todos los sacramentos están dirigidos a mejorar al individuo, para el bien de toda la comunidad. A veces, el primer paso es convertirse en un mejor esposo, esposa, madre, padre, hijo o hija. Entonces, nuestra propia familia puede convertirse en una inspiración y ejemplo para los demás. San Willebrord, ¡ruega por nosotros!

Paz, P. Andy