“Detente y huele las rosas”
En Ingles está el dicho “Stop and smell the roses” que quiere decir literalmente “Detente y huele las rosas”. Usamos esta frase para recordarnos que debemos apreciar las cosas buenas que nos rodean al igual que la naturaleza. A menudo, estamos tan ocupados que tenemos poco tiempo para valorar el momento en el presente, la belleza de nuestro entorno o la bondad de los demás.
Ahora es la mejor temporada de flores en esta zona de Wisconsin. No sé los nombres de muchas flores, pero veo los colores, formas, tamaños, alturas, etc., y si puedo, huelo las flores para disfrutar sus aromas únicos. Mientras conduzco por el área de Green Bay, aprecio el trabajo que muchas personas han hecho para crear hermosos paisajes alrededor de sus casas y en sus jardines. Incluso las tiras medianas en medio de algunas calles de la ciudad han sido plantadas con flores y plantas verdes, haciendo cada viaje alrededor de la ciudad una experiencia más placentera. Si me ve oler las flores cerca de su casa o en su jardín, no se sorprenda. ¡Hay que detenernos y oler las rosas! Debemos disfrutar de la naturaleza y no ir tan rápido que las cosas bellas de día a día pasen desapercibidas en nuestras vidas.
Es igualmente importante ver la belleza de la naturaleza y también ver y reconocer la bondad de los demás. Un “pecado” común que las personas confiesan es que “han juzgado a otros”. A veces le pregunto al penitente sobre este pecado. Les pregunto si condenaron al otro o si pensaron que el otro era malo o no digno de nada. Les recuerdo que no podemos condenar a otros o determinar su dignidad. Solo Dios lo puede hacer. Nosotros no necesitamos hacerlo.
Cuando caemos en el hábito de juzgar a los demás con dureza, hacemos bien en recordar la imagen de un iceberg. He escrito sobre esta imagen en otros artículos. Solo podemos ver una pequeña parte de un iceberg sobre la superficie del agua. Alrededor del 90% permanece bajo la superficie, invisible desde arriba. A veces, los icebergs se voltean (ver YouTube para ver algunos videos increíbles) es entonces cuando podemos ver qué tan grande, complejo, e incluso hermoso es esa parte invisible del iceberg. Es una imagen útil para ver a otras personas. Somos conscientes de solo una pequeña parte de las experiencias reales, recuerdos, traumas, preocupaciones, esperanzas, etc. del otro. ¿Sobre qué base podemos juzgar, criticar o condenar a otra persona? ¡Incluso desconocemos partes de nuestras propias vidas que permanecen ocultas debajo de la superficie! Cuando uso la imagen del iceberg, me parece que es menos probable que juzgue a otro de manera dura o injusta.
Apreciemos la bondad del mundo creado que nos rodea. Todas las personas han sido creadas a imagen y semejanza de Dios. Hijos e hijas de Dios, tenemos gran valor y dignidad. Mantengámonos positivos y busquemos a Dios en nosotros mismos y en nuestro prójimo.
¡Detengámonos y disfrutemos de las rosas!
Paz, Pr. Andy