La Modestia
¡Somos templos del Espíritu Santo!
Con bodas, fiestas de Quince Años y un clima más cálido, escucho comentarios sobre la modestia y lo que es apropiado vestir en la iglesia. Permítanme ser claro, considero que este es un tema que las familias deben de tratar, y que los adultos deben considerar como miembros maduros y participantes en una comunidad de fe. ¡La modestia se extiende a cada parte de nuestra vida, no sólo en la iglesia!
En primer lugar, la modestia es un problema para ambos sexos. La modestia es expresada por nuestras palabras, acciones y actitudes. He oído acusaciones hechas sobre niñas y mujeres y la ropa que visten. Pero, muchas veces se pasa por alto la inmodestia de los hombres, sus palabras y conducta irrespetuosa, y su promiscuidad. En última instancia, estamos hablando acerca de las relaciones y el respeto que se debe a cada ser humano como un hijo de Dios. Si sólo nos vemos, o nos mostramos a nosotros mismos, como objetos de placer, entonces nos hemos rebajado a un estado indigno.
Algunos hombres se han quejado conmigo diciendo: "Padre Andy, las mujeres y las niñas vienen a la iglesia vestidas de una manera que es una distracción para mí. Me es difícil orar y adorar en la iglesia." Y he respondido a los hombres con la siguiente pregunta: "Y cuando ves a estas mismas mujeres y niñas en la tienda, o caminar por la calle, ¿te quejas de su inmodestia? O, ¿te detienes a verlas con morbosidad o tal vez haces comentarios inapropiados y les chiflas?"
Por supuesto, en nuestra sociedad donde el cuerpo humano está súper sexualizado y objetivado, las personas de fe están llamadas a dar testimonio de nuestra dignidad como personas, no como objetos. Esto significa que los hombres y las mujeres deben trabajar juntos para crear conciencia sobre la objetivación habitual del cuerpo. Debemos ser conscientes de los abusos que cada vez son mayores hacia diferentes personas a través de la pornografía y el tráfico sexual.
No podemos permitirnos hacer excusas acerca de nuestras propias actitudes y com- portamientos irrespetuosos porque algunas personas son mucho peores que nosotros. No debemos ver nuestra visualización "ocasional" de la pornografía como inofensiva. Hay per- sonas que están siendo usadas y desechadas a diario, por la llamada "industria del sexo".
La modestia es ver a la otras personas como un/a amado/a de Dios. Y vestirse de manera respetuosa es una preocupación importante para las familias, las comunidades eclesiales y la sociedad en conjunto. Debemos estar atentos de ser mutuamente respetuosos. Hay mucho trabajo que hacer. ¡Respetémonos como templos del Espíritu Santo!…
Paz Fr. Andy