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Rezar por Nuestro Projimo

      Jesús nos llama a ser valientes mientras vivimos los mandamientos de Dios. Esta es una de las grandes enseñanzas de Jesús que la gente a través de la historia no ha podido comprender. Jesús nos inspira por su disposición a ir a la cruz sin retirar una sola palabra de sus enseñanzas. Su valor y su amor por la gente, incluso los más pobres y "humildes", nos inspiran a ser valientes. En el Evangelio de Mateo en el "Sermón de la Montaña", Jesús nos dice que "volvamos la otra mejilla", para llevar la armadura de un soldado dos millas en vez de sólo una como requería la ley romana e incluso "amar a tu enemigo y orar por los que te persiguen ". No hay manera de vivir según las enseñanzas de Jesús si no somos valientes.

      La vida de Jesús es el ejemplo que debemos imitar. Jesús fue repetidamente malinterpretado, mal entendido y falsamente acusado. Otros trataron de "atraparlo" y buscar maneras de atraparlo haciendo algo que pudiera demostrar que estaba engañando a la gente. A través de todo esto Jesús permanece firme en proclamar buenas nuevas a los pobres, libertad a los cautivos, y ofrecer la vista a los ciegos, etc. Él no deja que los líderes religiosos o civiles lo provoquen a la violencia o a la venganza.

      A medida que tratamos de cumplir las enseñanzas de Jesús, no debemos hacer que el opresor, o el "enemigo", se convierta en un chivo expiatorio para nuestra ira. No podemos simplemente llamarlos "mal" y luego hacer violencia con nuestras palabras o hechos. No negamos que hay personas que son injustas, o peor, hacia otros. Sin embargo, no debemos perpetuar la injusticia, el mal o el odio respondiendo de la misma manera. El coraje y la generosidad son dos características que tendremos que fomentar para crear paz y justicia y evitar caer en los pecados de venganza o violencia.

      En mi homilía del 19 de febrero cité a Mahatma Gandhi como se representa en la película Gandhi. Gandhi estaba muy influenciado por los Evangelios y las enseñanzas de Jesús. Sonó muy parecido a Cristo en la película cuando habló en contra de una ley discriminatoria: “Les pido que luchen, que luchen contra su ira, no para provocarla. No vamos a pelear. Pero los recibiremos. Y a través de nuestro dolor les haremos ver su injusticia. Y va a doler, ya que todos los dolores duelen. Pero no podemos perder. No podemos. Pueden torturar mi cuerpo, romper mis huesos, incluso matarme. Entonces, tienen mi cadáver. No mi obediencia”. (Ghandi, la película – escena en el teatro en Sudáfrica).

 Pr.  Andy