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Vocacion de Servicio Amoroso

Jesucristo ha resucitado! ¡Aleluya! En verdad ha resucitado! ¡Aleluya!

     El 7 de mayo de 2019, se cumplen 25 años desde recibí mi ordenación sacerdotal en la Iglesia a través de las manos del obispo Robert Banks. El obispo Banks me profeso sacerdote con la aprobación y aclamación de mis hermanos de la Abadía de St. Norbert, también con la afirmación de mi familia y amigos que se habían reunido ese día. Muchos otros contribuyeron en mi preparación, no solo para ese día, sino también para toda una vida de servicio en la Iglesia Católica como miembro de la Orden Norbertina.

      No sé cómo sería sacerdote si no fuera miembro de la comunidad Norbertina de la Abadía de St. Norbert (formalmente conocida como Los Premonstratenses, aquellos que provienen del Valle de Premontre, Francia, donde se fundó la Orden hace 899 años, por San Norberto y los que lo acompañaron). La vocación que yo trato de vivir todos los días es un compromiso jurado como miembro de St. Norbert Abbey. Como miembro de la Abadía, prometí vivir el Evangelio de Jesucristo, de acuerdo con el ejemplo de los Santos Norberto y Augustin, y de acuerdo con la Regla de San Agustín y las Constituciones de la Orden de Premostré. Vivo esos votos en comunidad con mis hermanos Norbertinos buscando fidelidad a los votos evangélicos de pobreza, celibato consagrado y obediencia.

      La Iglesia me consagró por el Sacramento de las Sagradas Órdenes para servir. La educación, la capacitación y las experiencias que recibí antes de la ordenación fueron para servir a la gente, no para mí personalmente. Al celebrar los Sacramentos, predicar, enseñar, ofrecer cuidados y consejos pastorales, etc., sirvo con amor a la Iglesia, al Pueblo de Dios. Del mismo modo, las parejas casadas en virtud del Sacramento del matrimonio sirven a la iglesia por el amor que comparten entre sí, por el amor que comparten a través de sus hijos y por el amor que comparten con los demás.

      Nuestras vocaciones no son solo nuestras. Como sacerdote, no es adecuado decir: “Mi sacerdocio”. El sacerdocio es una vocación a través de la cual sirvo a los demás. Es una vocación dentro de la Iglesia. Del mismo modo, un matrimonio no es simplemente por el bien de la pareja. ¡Es un acto de generosidad, un acto de desinterés por el cual la pareja dice que el amor de Dios es grandioso! No pueden mantener este amor para sí mismos. De nuevo, es una vocación de servicio amoroso.

      Por lo tanto, les doy gracias A todos ustedes por la vocación de servicio a través del sacerdocio. Ad multos annos!

Jesucristo ha resucitado! ¡Aleluya! En verdad ha resucitado! ¡Aleluya!

Paz, Pr. Andy