Recuerdos de Otoño
El otoño trae tantos recuerdos e imágenes de eventos pasados, lugares y personas. Los colores de los árboles y plantas, los olores y fragancias de esta temporada única, y el juego de la luz y la oscuridad estimulan memorias del pasado.
Sé que si me ven hoy, no parece que yo era un buen atleta en mi juventud. ¡Lo sé! El otoño es temporada de fútbol americano y me encantaba jugar. Yo era rápido y tenía un brazo fuerte para lanzar el balón. Ser quarterback (el lanzador) era mi posición natural en la ofensiva y el exterior defensivo en la defensa. En la escuela secundaria, después de las lesiones que sufrí en mi primer y segundo año, me convertí en el quarterback titular. Como seniors fuimos a las finales con un récord de 10-0 sólo para perder en la primera ronda por un margen pequeño. Buenos recuerdos!
Y el otoño es también la época de la muerte. Los colores y olores que mencioné anteriormente también indican la muerte e inactividad. La belleza de la temporada es en parte el resultado de las cosas que cambian y mueren. La descomposición de las hojas y las plantas libera un olor que puede ser dulce y muy desagradable. A menudo ayudamos a las plantas en este proceso podándolas y quitando las partes muertas. Tal facilitación es como ofrecer una vigilia a los muertos. Los preparamos para la muerte o el sueño con la esperanza de que los volveremos a ver en “otra vida”.
El comienzo de octubre puede ser un tiempo melancólico para mí, ya que recuerdo la muerte de mi madre el 5 de octubre de 1986. Ella tenía sólo 50 años en su lecho de muerte y había sido diagnosticada con cáncer cuando sólo tenía 45 años. Esos 5 años fueron muy difíciles para ella y toda nuestra familia. Aun así, disfrutamos de muchos momentos y períodos preciados en los que experimentó alivio por un tiempo de tumores, cirugías, radiación y la quimioterapia.
Yo tenía 22 años y estaba a punto de terminar mis estudios universitarios cuando ella murió. Con frecuencia pienso en mis hermanos menores que vivieron en casa durante la enfermedad de mi madre. ¡Lo que tuvieron que soportar! Cuando mi mamá murió, los cinco hermanos más pequeños tenían 17, 15, 14, 12 y 6. Si quita cinco años de cada una de esas edades, esa era su edad cuando ella fue diagnosticada por primera vez. Cada uno de nosotros tuvo diferentes experiencias de dolor, dependiendo de nuestra edad, madurez y de la intensidad del involucramiento que habíamos tenido en su cuidado durante esos años. Aprendí mucho sobre el sufrimiento y el dolor durante este tiempo y pienso en eso al hacer mi ministerio con la gente hasta el día de hoy.
¡Que las plantas, los arbustos y los árboles vuelvan a la vida plena la próxima primavera, y que todos resucitemos a la alegría de la vida eterna algún día!
Paz, Padre Andy