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Nuestra Misión

La raíz de nuestra misión en St. Willebrord es proclamar la Palabra de Dios y servir a todos. Queremos desarrollar la fe y actividad de nuestra congregación con nuestros esfuerzos, para dar testimonio y promover el mensaje de Jesús a todo aquel que llame a nuestras puertas y a la vez compartir nuestros dones y talentos con todos.

Cuarto Domingo de Cuaresma

La Cuaresma nos llama a la conversión, a un cambio de hábitos. Pero, tales cambios no deben perdurar durante los 40 días de cuaresma solamente, sino que deben de servirnos para demostrar que estamos avanzando paso a paso todo el tiempo. Entonces, ¿qué es lo tú vas a cambiar? ¿Qué renovaras?

Muchos de ustedes han oído acerca de las obras de misericordia “corporales” y “espirituales.” Revisar tu vida en relación a las obras de misericordia puede ser una manera efectiva de determinar qué cambios necesitas hacer. En este Año Jubilar de Misericordia dicha evaluación y cambios son muy apropiados.

Las obras “corporales” de misericordia son: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, dar posada al necesitado, vestir al desnudo, visitar al enfermo, socorrer a los presos, enterrar a los muertos. Todas estas obras pueden llevarse a cabo en nuestra área local. Hay hospitales, refugios, despensas, prisiones, funerarias e iglesias donde podemos recibir capacitación y donde podemos dar nuestro tiempo voluntariamente para encontrar a las personas a las cuales se refieren estas obras de misericordia.

Las obras “espirituales” de misericordia son: enseñar al que no sabe, dar buen consejo al que lo necesita, corregir al que está en error, perdonar las injurias, consolar al triste, sufrir con paciencia los defectos de los demás, rogar a Dios por vivos y difuntos. Para llevar a cabo estas obras de misericordia no necesitamos alejarnos de casa. Muchas de estas obras pueden llevarse a cabo dentro de nuestras propias familias. Además, podemos comunicarnos con otros por teléfono, email, correo postal, y con sus visitas de ellos a nuestros hogares.

La conversión no es fácil. Sin embargo, hay métodos antiguos con los cuales podemos alcanzar la conversión. La Iglesia nos ofrece la Cuaresma por medio de la cual podemos intensificar nuestro viaje a la conversión. Usemos la Cuaresma ayudémonos los unos a los otros a experimentar los cambios a los cuales somos llamados y para los cuales tenemos ciertos valores que seguir, específicamente, las obras de misericordia.

Paz, Fr. Andy