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Gestos, Posturas y Movimientos Rituales

Nuestra adoración y oración están llenas de gestos, posturas y movimientos rituales. Sumergir nuestros dedos en la fuente de agua bendita, bendecirnos a nosotros mismos al recordar nuestro bautismo “en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”, y hacer genuflexión o inclinarnos al entrar en nuestra banca o pasar por el Santuario, el altar y el tabernáculo, todos estos son recordatorios importantes de quiénes somos y dónde estamos.

Además, nos paramos, nos sentamos, nos arrodillamos e inclinamos desde la cintura, o inclinamos la cabeza en diferentes momentos de la celebración de la Eucaristía. Hacemos pequeñas cruces en nuestra frente, labios y corazón mientras nos preparamos para escuchar el Evangelio, pidiendo: “Que las palabras del Evangelio estén en mi mente, en mis labios y en mi corazón”. La oración no se requiere explícitamente de la congregación, pero el sentido del gesto es similar a las palabras rezadas por un sacerdote o diácono que proclama el Evangelio.

Durante la profesión del Credo niceno o de los Apóstoles nos inclinamos en honor a la Encarnación del Hijo de Dios cuando decimos de Jesús, “que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen”. Durante muchos años, la congregación recibió instrucciones de inclinarse por estas palabras solamente durante la temporada navideña, pero con los cambios litúrgicos introducidos en 2011, se nos ha instruido que nos inclinemos ante las palabras anteriores cada vez que profesamos nuestra fe.

Durante las restricciones de COVID, dejamos de compartir el Signo de Paz dando la mano el uno al otro. Muchas personas han reanudado esa práctica, pero otras han adoptado otros gestos como una pequeña reverencia hacia los demás con las manos cruzadas en reverencia. Adopté la práctica de usar el Lenguaje de Señas Americano para “la paz sea contigo”. Me ves hacerlo en cada misa que presido. Coloco mis manos juntas frente a mí, luego giro las manos y las extiendo hacia un lado. Es mi forma preferida de extender un signo de paz a alguien que me ve desde lejos. Otros usarán el signo universal de la “V” con dos dedos, mientras que otros usarán una onda, una sonrisa u otros gestos apropiados para decir “paz” a su vecino.

Creo que es importante enseñar a los niños, a la edad más temprana posible, cómo hacer los gestos anteriores y asumir las posturas adecuadas en el momento adecuado. Si un niño es capaz de arrodillarse y ver por encima de la banca, se le debe enseñar y exigir que asuma esa postura con sus padres. A muchos niños se les permite sentarse en el banco y jugar con juguetes, libros o comer bocadillos. A la edad más temprana posible, los niños se adaptarán muy bien a ser un miembro participante de la comunidad de adoración. Debemos invitarlos, e incluirlos, de todas las maneras posibles. Al hacerlo, esperamos que descubran la cercanía de Dios en palabras y acciones.

Paz, P. Andy