El ministerio misionero a lo largo del río Napo en el estado de Loreto, Perú, es una obra extraordinaria. Fui a Sta. Clotilde, Loreto, Perú en 2006 para aprender sobre la misión y poder ser un recurso para mi comunidad norbertina. Muchos de los hombres que sirvieron en Perú habían muerto o estaban en mal estado de salud. Mi responsabilidad era observar al P. Jack MacCarthy y al P. Lambert Baeten y familiarizarme con sus responsabilidades, ministerios y conocer a las personas con las que trabajaban. Luego, con esa familiaridad, pude ayudar al liderazgo de la Abadía de St. Norberto cuando me enfrenté a preguntas sobre la comunidad allí.

Hubo muchas experiencias únicas. Estaba empezando a aprender español en ese momento. Ir a Perú me dio la oportunidad de intensificar mi práctica del idioma. La gente de las comunidades de la selva peruana hablan español y quechua. Aprendí algunas palabras agradables en quechua.

Algunas de las experiencias más memorables incluyen las siguientes: viaje en bote en noches iluminadas por la luna en el río Napo, misa celebrada en la “barcasa” (bote de dos pisos), caer en una laguna mientras intentaba lavarme la cara en mi primer viaje nocturno por el río, orar y llorar con una familia cuya hija se ahogó cuando su canoa fue inundada por la estela de un bote que pasaba, ayudar a un niño de 12 años a una clínica después de cortarse el extremo del pulgar con su machete, bautizar a una docena de bebés en un pueblo del río en una animada misa, y más. Estoy seguro de que las experiencias más memorables del P. Jack son mucho más interesantes.

Llevar las Buenas Nuevas de Jesucristo a la gente de las comunidades de la selva y el río es una tarea notable y gratificante. Las diversas tribus y comunidades son en gran parte olvidadas por el estado. El mensaje evangélico les asegura que son valiosos, que merecen que se les predique la Buena Nueva para que sepan que “el Señor oye el clamor de los pobres”, ¡es UNA GRAN noticia!

El Llamamiento Cooperativo Misionero que escuchamos hoy me ayuda a recordar los 4 meses que pasé en la Misión Perú en 2006. Por supuesto, el P. Jack MacCarthy pasó más de 30 años allí, pero puedo decir que el poco tiempo que estuve allí fue una de las experiencias más significativas de mi vida. La vida a lo largo del río Napo era para mí como vivir en otro mundo. Por mi cuenta, no tenía el conocimiento y las habilidades para sobrevivir. Con la ayuda y hospitalidad de muchas personas, pude aprender y crecer.

Que Dios bendiga a la gente de Sta. Clotilde, Loreto, Perú, y, a todas nuestras hermanas y hermanos de esa región.

Paz, P. Andy